Sesenta mil culés en el Camp Nou de Barcelona. De repente, un enorme incendio en el campo. Los sesenta mil culés de rodillas rogándole a San Jordi:
- ¡San Jordi, San Jordi, por favor, que lleguen pronto los bomberos!
Se aparece San Jordi y les dice:
- Los bomberos no podrán llegar a tiempo. Hay mucho atasco en la ciudad y no llegarán.
- ¡San Jordi, San Jordi, por favor, entonces, ¿qué hacemos?. ¡Ayúdanos!
- Mirad, la única solución es que os tiréis todos encima del fuego. Así se consumirá el oxígeno y se apagará.
- ¡San Jordi, San Jordi, por favor, que lleguen pronto los bomberos!
Se aparece San Jordi y les dice:
- Los bomberos no podrán llegar a tiempo. Hay mucho atasco en la ciudad y no llegarán.
- ¡San Jordi, San Jordi, por favor, entonces, ¿qué hacemos?. ¡Ayúdanos!
- Mirad, la única solución es que os tiréis todos encima del fuego. Así se consumirá el oxígeno y se apagará.
Así pues, los sesenta mil culés se tiran al fuego y, claro, el incendio se apaga, pero ellos mueren socarrados.
Llegan los sesenta mil al cielo, llaman a la puerta y aparece San Pedro:
- Pero, por todos los santos. ¿Qué os ha pasado?. Sesenta mil catalanes y encima culés todos chamuscados...
- Pues mira San Pedro, hubo un fuego enorme y San Jordi nos dijo que para apagarlo teníamos que tirarnos encima y así lo hicimos. Y mira como hemos quedado. ¡Dónde está ese San Jordi, dónde está...!
- Pero, ¡si no existe ningún San Jordi!
- ¡Cómo que no -dicen los sesenta mil culés-, nosotros hablamos con él!
- Pues aquí, os aseguro que no existe ningún San Jordi.
Llegan los sesenta mil al cielo, llaman a la puerta y aparece San Pedro:
- Pero, por todos los santos. ¿Qué os ha pasado?. Sesenta mil catalanes y encima culés todos chamuscados...
- Pues mira San Pedro, hubo un fuego enorme y San Jordi nos dijo que para apagarlo teníamos que tirarnos encima y así lo hicimos. Y mira como hemos quedado. ¡Dónde está ese San Jordi, dónde está...!
- Pero, ¡si no existe ningún San Jordi!
- ¡Cómo que no -dicen los sesenta mil culés-, nosotros hablamos con él!
- Pues aquí, os aseguro que no existe ningún San Jordi.
San Pedro llama a todos los santos y los pone en fila para hacer una rueda de reconocimiento.
- Mirad a todos estos santos y decidme cuál de ellos os dijo que era San Jordi.
Los sesenta mil empiezan a mirar y por fin ven a uno:
- ¡Éste es, éste es!
San Pedro se acerca a él le da unas palmaditas en la espalda y sonriendo, le dice:
- San Jorge, MAÑO… esta vez te has pasado.
- Mirad a todos estos santos y decidme cuál de ellos os dijo que era San Jordi.
Los sesenta mil empiezan a mirar y por fin ven a uno:
- ¡Éste es, éste es!
San Pedro se acerca a él le da unas palmaditas en la espalda y sonriendo, le dice:
- San Jorge, MAÑO… esta vez te has pasado.
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